Cómo dosificar los productos de limpieza

Un mal uso de productos de limpieza puede afectar de diversas formas, pero todo dependerá de la manipulación en los diferentes espacios donde se utilicen los productos. Así, es común que, cuando se utilizan productos sin rebajar correctamente, puedan ocurrir contratiempos perjudiciales para la salud, como irritaciones en la piel, ojos y vías respiratorias. 

Dosificar los productos de limpieza es algo delicado, por lo que es necesario tener mucho cuidado y una amplia experiencia. Por eso, creemos que es importante hablar de ello y conocer qué puede ocurrir si realizamos malas prácticas. 


¿Qué es la dosificación en limpieza?

Se trata de medir previamente la cantidad de producto que se va a utilizar al momento de realizar la limpieza, para así ser lo más eficaz posible. 

Esto se debe aplicar en base a unas reglas, puesto que no todas las superficies son iguales o no todas ocupan lo mismo. También habrá que tener en cuenta si son zonas de mucho tránsito de personas, si son lugares delicados como cocinas o baños… entre muchos factores más. A esto le tenemos que sumar que no es lo mismo el uso doméstico, donde los productos tienen una concentración baja, que un uso industrial o profesional, como podría ser la limpieza de un centro comercial o una nave, donde el producto tiene una disolución menor por lo que son más peligrosos y es necesario estar más atentos. 

La mejor forma de saber si estamos haciendo un uso correcto es hablar con nuestro proveedor para informarnos sobre cuál es la opción ideal o leer el etiquetado del fabricante y cualquier otra indicación relevante.

¿Qué puede ocurrir si hacemos un uso incorrecto?



Como comentábamos antes, el uso indebido de los productos químicos destinados a la limpieza puede acarrear altos riesgos, principalmente en la salud, pero también en el material donde apliquemos el producto e, incluso, si nos pasamos diluyendo mucho, podríamos realizar una mala limpieza, puesto que no se aplicará la cantidad de producto necesaria. Estos son algunos de los errores más comunes a la hora de dosificar:

· Uso excesivo de productos

Este error es muy común, ocurriendo no solo en los ambientes domésticos sino también en entornos profesionales. En muchas ocasiones se usa el producto casi puro o en altas cantidades, provocando que la retirada del producto sea muy costosa y teniendo que aplicar grandes cantidades de agua y de utensilios (fregona, paños, guantes, etc.) los cuales se deterioran más rápido, puesto que los productos, al estar en una mayor concentración, son muy agresivos con las telas y plásticos que los componen.

Esto es ineficaz, puesto que no por usar más producto va a quedar más limpio, de hecho, se consigue el mismo estado de limpieza que el que se hubiera conseguido utilizando menos cantidad. Así, lo que se va a lograr es una pérdida de recursos y tiempo. Además, se contamina más debido al uso excesivo de químicos y agua. Por otro lado, los microorganismos que intentamos eliminar pueden crear una resistencia, siendo más complicado poder realizar limpiezas de forma correcta las siguientes veces.

Cabe resaltar que muchas veces ocurre justo lo contrario: el uso de muy poca cantidad, lo que reduce la efectividad, dejando restos y microorganismos. Lo ideal, por tanto, es conseguir un equilibrio.

· Sobrecostos

En la misma línea del apartado anterior, si utilizamos mucho producto porque no hemos calculado bien o porque tenemos un formato demasiado grande que nos causa dificultades (usualmente estos suelen ser de tipo industrial y vienen en envases tipo garrafa), es posible que tengamos que volver a limpiar. 
Lógicamente, con esto se desperdicia parte del contenido, haciendo que los costes aumenten y perdiendo la rentabilidad que pudiéramos tener en un principio o que podríamos haber tenido.

· Secado lento 

Un exceso de cantidad, no solo dificulta la retirada del mismo, sino que también complicará su secado. 
El mejor ejemplo es cuando se friega el suelo sin escurrir la fregona: produce un secado del suelo más lento y difícil, complicando no solo la labor del trabajador sino también aumentando los peligros, pudiendo resultar en caídas para el resto de personas que pasen por la superficie como en la proliferación de microorganismos, al estar húmeda la zona. 

· Rastros después de la limpieza

 
Para evitar que, aunque esté limpio, la superficie se vea como si no se hubiera realizado ningún tipo de labor, debemos huir de las sobredosificaciones. Aplicar la cantidad justa de producto y que este se seque correctamente ayudará a que el resultado final sea impecable. 
Por otro lado, es necesario tener en cuenta que algunos componentes de los productos químicos que se utilizan habitualmente pueden causar estos restos incluso habiéndolos dosificado de manera adecuada. 


 · Riesgos para la salud 

Antes de nada, hay que pensar en nuestra salud. Tanto los equipos de limpieza como personas que se dediquen frecuentemente a esta labor están sometidos constantemente al contacto con productos químicos que pueden afectar tanto por vía respiratoria como cutánea, al caer algún tipo de producto.

Estas consecuencias son aún peores cuando no se usan productos ecológicos, ya que estos no son tan agresivos para el ser humano. Aún con todo, siempre se puede dar el caso de que haya que utilizar un producto muy puro. En estos casos es necesario el uso de un EPI (Equipo de Protección Individual) como pueden ser mascarillas, guantes más gruesos, etc.

· Marcas de productos


A veces pensamos que detrás de la fama de una marca solo está el nombre, pero la realidad es que detrás de una gran marca usualmente hay un gran producto con una fórmula de calidad. 

Cuando la solución limpiadora es muy espesa se hace difícil retirarla completamente de las superficies, puede que a simple vista no se note, pero al finalizar la limpieza podrían notarse ciertas marcas o manchas, resultado de los residuos que quedan. Asimismo, muchas marcas cuentan con fórmulas únicas que resultan más eficaces que otras.

Es por ello que, aunque algunas marcas sean más caras que otras, es muy posible que merezca la pena por la calidad que se consigue. No obstante, lo mejor es siempre comprobar el estado del producto y si su composición es adecuada para las necesidades que tenemos. 

En conclusión, son muchos los errores que podemos cometer si no hacemos un buen uso de la dosificación, acarreando consecuencias económicas, para nuestra salud y para el medio ambiente.

En Limpiezas Tenerife somos especialistas en cualquier trabajo de limpieza y estamos comprometidos con el cuidado del planeta, por lo que utilizamos productos ecológicos en la medida de lo posible. Si requiere de algún servicio de este tipo, no dude en contactarnos


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